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Precisiones sobre el feminicidio

Por Susi Pola (El nacional, 15 de febrero 2011)

Al exceso de alrededor de 12 mujeres asesinadas en el mes de enero, el 5 de febrero tres feminicidios cometidos el mismo día, muestran que en este país, hay que dejar de contar pasivamente a las muertas, que siempre serán demasiado, para conocer mejor el crimen.

Una primera acción a solicitar desde las mismas autoridades del sistema de atención a la violencia, es la definición legal de este crimen que mata a tantas dominicanas, en momentos en que aún se revisa el Código Penal dominicano para reformarlo. Actualmente, tres países de América Latina incorporaron el feminicidio en sus leyes, Costa Rica, Guatemala y Chile, y en muchos más, es un reclamo de los movimientos de mujeres, al que deben sumarse los ministerios públicos y las cortes supremas de la región, si se piensa programas de prevención.

Al análisis de este crimen, complejizado por las relaciones “peligrosas” entre hombres y mujeres, caracterizadas por una carga socio cultural determinante que produce un desequilibrio de poder en detrimento de las mujeres, hay que incorporar los elementos que se han ido detectando en los círculos de las investigaciones con perspectiva de género.

En América Central y El Caribe, existe un equipo internacional convocado, que permanentemente produce investigaciones por país y en conjunto, comparando el comportamiento del crimen en la región. Precisamente, recibimos desde Nicaragua en electrónico, el último de estos estudios, enviado por una de las participantes en el mismo Yamileth Molina, compañera muy apreciada del equipo internacional.

La investigación, El femicidio en Nicaragua. Abordaje y propuesta de indicadores para la acción, confirma la distinción de este crimen, y al igual que los estudios de Profamilia, 2001 y 2002, explica las dos formas que puede presentar: el femicidio íntimo y el femicidio no íntimo. El primero, referido al asesinato cometido por el hombre con quien la víctima tenía o tuvo una relación íntima, familiar, de convivencia, o afines, y el segundo, por el hombre con quien la víctima no tenía relaciones íntimas, familiares, de convivencia o afines; considerando, también el femicidio por conexión en el caso en que las mujeres asesinadas, estaban en la “línea de fuego” de un hombre tratando de matar a una mujer, caso de mujeres, parientes, niñas u otras que trataron de intervenir o que simplemente fueron atrapadas en la acción del feminicida.

Es muy importante que las autoridades ubicadas en el tope del sistema de atención a las violencias de género, antecesoras inmediatas del feminicidio, mejoren la calidad de los datos, conozca la apertura de los escenarios, la precisión en las formas y maneras de producirse, para que no informen solo el feminicidio íntimo en cifras, escondiendo las demás posibilidades. No se debe olvidar que, este tipo de crimen se puede prevenir encontrando la fórmula, en la investigación seria, técnica y experta.


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